ENFOQUE
FUNDAMENTO TEÓRICO
En la segunda mitad del siglo XX han ocurrido cambios más rápidamente que en ningún otro momento de la historia humana (Millennium Ecosystem Assessment 2005). Las sociedades humanas dependen de los servicios que los ecosistemas les brindan para la producción de alimento, bienes y el mantenimiento de condiciones sanitarias. Las estrategias actuales de utilización de ecosistemas comprometen su sustentabilidad en el mediano y largo plazo. Asociar este patrón exclusivamente a la falta de interés de los gobiernos e industrias constituye una sobre-simplificación, ya que las alternativas de desarrollo socio-económico pueden no existir o no estar disponibles en el ámbito político o de gestión cuando son requeridas.
El desarrollo social está sustentado en redes de interacciones socio-económicas, de adquisición, transformación, distribución, disposición y reciclado de materias y otros bienes y servicios proporcionados por los ecosistemas. Estos a su vez son el resultado de una compleja red de interacciones dentro de múltiples componentes que los conforman. Los sistemas naturales y socio-económicos están íntimamente imbricados, no obstante, han sido analizados independientemente por las ciencias naturales, exactas, sociales y el arte durante gran parte de la historia de la humanidad. La inconsistencia de esta dicotomía epistemológica está siendo superada mediante el análisis de sistemas complejos generados de la interacción de múltiples sistemas o subsistemas (Ostrom 2009). En este contexto, el análisis de las principales características estructurales y de funcionamiento de los SES (Social and Ecological Systems) representa un marco teórico que pretende superar la incapacidad actual de resolver diferentes problemáticas a escala local, nacional y global.
Distintos marcos teóricos o teorías han abordado diferentes componentes de los SES. Los economistas han avanzado en la comprensión de las dinámicas de flujo y acumulación de capitales, los sociólogos en la estructura de las interacciones humanas y su relación con el ambiente político-económico y geográfico en que están insertas, la geografía y el ordenamiento territorial en la comprensión de las transformaciones territoriales y en el diseño de estrategias para su gestión, los físicos y matemáticos han logrado notables avances en la dinámica de los sistemas complejos, los ecólogos en lo relativo al funcionamiento de los ecosistemas y a los servicios que éstos brindan. No obstante, el intento de una necesaria síntesis entre estos marcos teóricos – desarrollados en paralelo pero sin comunicación entre ellos- es muy reciente, no lográndose aún la profundidad requerida para aportar soluciones tangibles a muchas de las problemáticas inminentes (McGinnis & Ostrom 2014). El desarrollo de iniciativas que involucren un amplio espectro académico, con distintas áreas bien representadas y en constante retro-alimentación, es una fase crítica.
Los sistemas complejos involucran un elevado número de elementos, interactuando de forma no-lineal, con el potencial de acumular cambios en el tiempo y eventualmente producir transiciones abruptas hacia nuevos estados, en ocasiones, no deseados (Scheffer 2009). El estudio de sistemas complejos subraya la importancia de las aproximaciones sistémicas e integradas del manejo de los SES. Una característica de los sistemas complejos es que están definidos más por las interacciones entre las partes que por las partes en sí mismas. Las interacciones entre los componentes del sistema generan propiedades que no pueden predecirse a partir de las partes individuales, fenómeno conocido como emergencia (Holland 1999, Manson 2001). En este sentido, dadas las fuertes interacciones existentes entre las sociedades humanas y los ecosistemas, existe un consenso (de aceptación creciente) que los ecosistemas son mejor entendidos y manejados como sistemas socio-ecológicos acoplados (Berkes & Folke 1998, Millenium Ecosystem Assessment 2005, Liu et al. 2007, Norberg & Cumming 2008, McGinnis & Ostrom 2014). Esto significa que el manejo de los SES se nutre de aproximaciones sistémicas que contemplan las dimensiones sociales, ecológicas y económicas de una forma integrada.
Las principales características de los sistemas complejos generan limitaciones en la habilidad para comprender, predecir y controlar los SES (Pilkey & Pilkey-Jarvis 2007, Roe & Baker 2007). La decisión respecto a trayectorias deseables, o a evitar umbrales críticos e incorporar la incertidumbre y el riesgo en la toma de decisión, no puede implementarse exclusivamente a partir de un análisis de expertos, pues requiere la consulta y diálogo con los usuarios más relevantes, haciéndolos partícipes en el diseño de las políticas y procesos de toma de decisión (Cortner & Moote 1999, Bocking 2004, Millenium Ecosystem Assessment 2005).
Considerar la resiliencia de los sistemas complejos puede entenderse como una aproximación para organizar y manejar los SES mediante el énfasis en la capacidad de renovación, reorganización y desarrollo, en donde los disturbios (por ejemplo eventos climáticos extremos) son parte de la dinámica del sistema y representan oportunidades para el cambio o la innovación (Gunderson & Holling 2002, Walker et al. 2004, Folke 2006, Walker & Salt 2006).
Según O´Brien et al. (2009) la aproximación denominada “resilience thinking” establece tres principios fundamentales:
- Los problemas ambientales no pueden ser analizados o comprendidos aislados de su contexto social
- La incertidumbre y la sorpresa son atributos propios de los sistemas complejos y se debe aprender a vivir con ellos.
- El cambio es inherentemente complejo, por lo tanto, problemas como los cambios globales o no pueden abordarse en un único nivel de organización.
Los escenarios y proyecciones de los cambios globales futuros pueden ser utilizados como una guía para la adaptación, pero siempre existirán incertidumbres y sorpresas, especialmente porque las alteraciones del sistema natural no son los únicos factores que determinan los cambios de los SES. Los cambios económicos, políticos, sociales y culturales también presentan incertidumbres y respuestas adaptativas complejas. La adaptación y la transformación requieren del manejo de información nueva o cambiante (por ejemplo, incremento del nivel del mar) y de múltiples tipos de conocimiento e incertidumbres.
Más allá de los aspectos teóricos, esta aproximación ha desarrollado estrategias concretas y exitosas en relación al incremento de la resiliencia de los SES. Las estrategias más exitosas en este campo incluyen: (1) aprender a vivir con el cambio y la incertidumbre, (2) incrementar la diversidad de todos los componentes del SES (diversidad de objetivos económicos, diversidad de recursos naturales empleados, diversidad de actores involucrados, entre otros), (3) combinar diferentes tipos de conocimiento y aprendizaje, y 4) crear oportunidades de auto- organización y vínculos entre diferentes niveles (por ejemplo entre el ámbito nacional y el departamental) (Folke et al. 2003, 2005)
Environmental problems cannot be analyzed or understood in isolation from their social context.
Uncertainty and surprise are attributes of complex systems and we must learn to live with them.
Change is inherently complex; therefore, problems such as global change cannot be addressed on a single level of organization.
Los escenarios y proyecciones de los cambios globales futuros pueden ser utilizados como una guía para la adaptación, pero siempre existirán incertidumbres y sorpresas, especialmente porque las alteraciones del sistema natural no son los únicos factores que determinan los cambios de los SES. Los cambios económicos, políticos, sociales y culturales también presentan incertidumbres y respuestas adaptativas complejas. La adaptación y la transformación requieren del manejo de información nueva o cambiante (por ejemplo, incremento del nivel del mar) y de múltiples tipos de conocimiento e incertidumbres.
Más allá de los aspectos teóricos, esta aproximación ha desarrollado estrategias concretas y exitosas en relación al incremento de la resiliencia de los SES. Las estrategias más exitosas en este campo incluyen: (1) aprender a vivir con el cambio y la incertidumbre, (2) incrementar la diversidad de todos los componentes del SES (diversidad de objetivos económicos, diversidad de recursos naturales empleados, diversidad de actores involucrados, entre otros), (3) combinar diferentes tipos de conocimiento y aprendizaje, y 4) crear oportunidades de auto- organización y vínculos entre diferentes niveles (por ejemplo entre el ámbito nacional y el departamental) (Folke et al. 2003, 2005).
¿Cómo nos organizamos?
El Instituto SARAS presenta una organización académica muy diferente a los esquemas universitarios tradicionales, en pocas palabras, nuestra organización involucra investigadores de muy diversas disciplinas y formaciones que se agrupan en redes de trabajo en función del análisis de problemas téoricos (ver red de señales de alerta temprano) o análisis de casos concretos (ver red vinculada a Laguna del Sauce). Ambos componentes son fundamentales para la creación de conocimiento o el hallazgo de soluciones a viejos problemas. Desde este punto de vista en este instituto se considera una falsa dicotomía la separación entre la investigación básica y aplicada.
¿Cómo puedes involucrarte?
El Instituto SARAS es una red de redes, cualquier investigador o artista puede interesado en nuestra aproximación teórica puede formar parte de las mismas o proponer nuevas redes de trabajo. Para ello debes contactar a nuestra Directora Ejecutiva, Patricia Himschoot.
Referencias
Allison, H.E. & R.J. Hobbs. 2004. Resilience, adaptive capacity, and the “lock-in trap” of the Western Australian agricultural region. Ecology and Society 9(1): 3.
Berkes, F. & C. Folke, eds. 1998. Linking social and ecological systems. Cambridge University Press, Cam
Berkes, F., J. Colding & C. Folke, eds. 2003. Navigating social–ecological systems: building resilience for complexity and change. Cambridge University Press, Cambridge, UK.
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Bocking, S. 2004. Nature’s experts: science, politics, and the environment. Rutgers University Press, New York, New York, USA.
Carpenter, S.R. & W.A. Brock. 2008. Adaptive capacity and traps. Ecology and Society 13(2):40.
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Folke, C., J. Colding & F. Berkes. 2003. Synthesis: building resilience and adaptive capacity in social-ecological systems. Páginas 352-387 in F. Berkes, J. Colding, and C. Folke, editors. Navigating social-ecological systems: building resilience for complexity and change. Cambridge University Press, Cambridge, UK.
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